De lo más a lo menos

La insistencia de los seres humanos por saber qué es lo que les rodea es el motor para lo que ahora es el desarrollo científico. Las extensiones para ver más allá de lo que nuestros ojos permitían, fueron una característica del principio de la ciencia. El telescopio ha sido un invento revolucionario y de una función única. Pasamos a ver a la distancia cercana para lograr ver a miles y miles de kilómetros fuera, con una precisión impensable podemos saber a qué distancia están los planetas desde nuestra posición.

 

La humanidad se encargó tanto tiempo de estudiar las cosas gigantes, las que se pueden ver a simple viste que cuando el estudio de lo más pequeño apareció tuvo un nuevo mundo de descubrimientos.  Se empezó con unos capilares sanguíneos y así se pudo ver las células y componentes que la sangre tenía, luego células de las hojas, de los animales, de la piel y la aparición de organismos microscópicos le abre las puertas al estudio del mundo de las cosas de tamaño microscópico.

Después de años de estudio la ciencia de lo microscópico ha llegado al punto de comprender y crear cosas de tamaño nanométrico. Un nanómetro comparado con un metro es como comparar el tamaño de la tierra con una canica. Gracias a la nanotecnología se pueden manipular los objetos molécula por molécula o átomo por átomo. Se han creado “nano-soluciones” para el tratamiento del agua, para combatir el cáncer y para una serie de procesos que parecen ser prometedores con la nanotecnología.

Y Colombia no se ha quedado atrás, también trabaja fuertemente para el desarrollo de la nanotecnología para resolver problemas que conciernen a nuestro país. Entonces después de una época entera dedicada a lo más grande estamos en la época donde las posibles soluciones están en lo más pequeño.