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FUNDACIÓN NATÜTAMA

¿Te imaginas cómo es el Río Amazonas debajo de sus aguas? En la Fundación Natütama la investigación, la pedagogía y la difusión van de la mano para comprender cómo es este mundo bajo el agua. Veamos cómo nación esta hermosa propuesta y cuáles son sus principales enseñanzas.

Nos encontramos en el municipio de Puerto Nariño, Amazonas. Es época de aguas altas y la diversidad y abundancia de especies animales y vegetales que viven allí acompañan el hermoso paisaje que se hace evidente por el recorrido. A dos horas de la capital Leticia, se encuentra el llamado “pesebre natural de Colombia” porque en sus calles sólo transitan peatones y bicicletas, está prohibido el tránsito de vehículos motorizados. Apenas uno se baja de la lancha conocida como “el rápido”, se siente la calma y tranquilidad con que se vive en este municipio ubicado exactamente en el vértice del medio de las tres puntas en la frontera sur de Colombia.

En este inmenso universo de diversidad, cultura, memoria y vegetación selvática, en el año 2002 aproximadamente se inicia una estrategia de monitoreo a especies que están en peligro de extinción por la caza desmedida en el lugar. Así nos relató don Quinturibe Ahué, un pescador habitante en Puerto Nariño, el comienzo de su trabajo en la Fundación Natütama:

El monitoreo comenzó, pues por ejemplo yo. Yo era un pescador ¿si?, cuando comenzamos me
buscaron, en ese tiempo había mucho pirarucú. Pues yo era un pescador que me gustaba
pescar pirarucú y me buscaron y en menos de… su trabajo era para 3 meses y en menos de los
3 meses le conseguí los 50 pirarucú, en 20 días. Y pues de ahí me buscaron ya para trabajar
acá y me quedé hasta siempre acá.

Don Quinturibe Ahué es uno de los coinvestigadores que trabaja en la Fundación Natütama, realizando observación y registro de los cambios ocurridos a la población de varias especies animales que viven en esta región del país: delfines, manatíes, pirarucú que es un pescado que alcanza los 6 metros de longitud y su carne es muy apetecida, las tortugas, los caimanes, entre otras especies.

Tuvimos la fortuna de conversar no solamente con don Quinturibe, sino también con varios integrantes del equipo de trabajo de la fundación: Jesús Emilio Peña, coinvestigador, Otoniel Valerio, educador ambiental, Edgar Díaz, educador ambiental, Rocío Perdomo, coordinadora del Centro de Interpretación, Francisco Silva, coinvestigador, Marelvi Laureano, educadora ambiental, y Diana Luz Orozco directora general de la Fundación.

Con la iniciativa del monitoreo a las especies y la investigación; surgió paralelamente la iniciativa de un trabajo en educación ambiental y recuperación de memoria de las historias de los abuelos y abuelas. Así nace la idea del grupo SELVANDO, que tenía por objetivo empezar a recuperar estas historias y trabajar con niños, niñas y jóvenes habitantes de las diferentes comunidades indígenas del Resguardo Ticuna, Cocama y Yagua.

Posteriormente, cuando ya estaban consolidados los dos procesos: el de investigación y educación, una de las socias fundadoras, Sarita Kendall, propone la creación de un Centro de Interpretación, un espacio permanente donde poder socializar el trabajo hecho desde la educación y la investigación. Aunque inicialmente se pensó que sería prioritariamente utilizado en los espacios de educación con las comunidades locales, surgió la idea de abrirlo al público en general, por lo que actualmente el Centro de Interpretación funciona para visita de habitantes locales y foráneos.

Los visitantes hacen un recorrido que compone la visita a dos malokas, y la observación de un video de la Fundación. En la primera maloka encontramos una representación del mundo bajo el agua que es la traducción de la palabra NATÜTAMA en tikuna. Allí varias tallas en madera hacen las veces de los animales que podríamos encontrarnos en este mundo acuático, y uno de los guías explica cómo se hizo el trabajo de recuperación de memoria para construir este escenario museológico. La segunda maloka es la representación de la playa de noche en época de verano, es decir, cuando las aguas del río están bajas, los pescadores con el manto de un cielo completamente iluminado y estrellado, aprovechan la abundancia de pescado propia de esta época del año. El equipo de trabajo decidió que quienes visitan el lugar no pueden tomar registro del Centro de Interpretación, para invitar a quienes no lo conocen, para que se sumerjan en este mundo bajo el agua.

El trabajo de investigación, educación, recuperación de la memoria y apropiación del conocimiento hecho por la Fundación Natütama es sumamente valioso, pues han logrado, no solamente tener un trabajo de educación sostenible y permanente con niños y jóvenes de las comunidades del Río, sino que nos han permitido a quienes somos visitantes, acercarnos un poco al maravilloso mundo del Amazonas.